Nace en Murcia (España) en 1971 y sus primeros pasos con las palabras los da en campamentos de verano, en esos diarios caseros hechos con gelatina o con multicopista (esos sólidos artilugios ya desechados por la sociedad líquida en la que navegamos). Probablemente el romance con las palabras no hubiera comenzado nunca sin las celestinas familiares: las hermanas que fuerzan lecturas y seducen con Italo Calvino y otras hierbas semejantes.
Estudia Ciencias de la Información en la Universidad Complutense y, aburrido en una clases masificadas y sin mucho sentido, comienza a colaborar con diversos medios (ABC, Cadena SER…). Su primer artículo lo escribe cuando un fuego en la Torre de Madrid apagó las velas de la celebración de su 19 cumpleaños. Desde ese día, no ha parado de mirar y de contar.
Onda Regional de Murcia, emisora autonómica, se convierte en su primera gran escuela profesional. Con ellos aprende a hacer malabarismos y a trabajar bajo presión como enviado especial a la exposición Universal de Sevilla de 1992, primero, y como corresponsal en Madrid, después .
Después de una pequeña pausa teatral en A Coruña (Galiza), retoma el curso de las palabras impresas cursando el Máster de Periodismo de El País (1996) y ahí es dónde comienza un segundo enamoramiento fundamental: su relación con América Latina. Unas prácticas en El Colombiano de Medellín (Colombia) en 1996, muy relacionadas con el conflicto armado y los derechos humanos, abren ventanas imposibles ya de cerrar.
El año 1997 es extraño. Comienza en Madrid, trabajando en la sección ‘España’ de El País, continúa en Nicaragua, como asesor del diario La Tribuna, y termina como director editorial de ese medio emergente. En ese mismo país, en 1998, ejerce unos meses como subdirector de Barricada en un proyecto de transformación editorial que nunca llegó a producirse.
A finales de 1998 se incorpora a la redacción de El País en Madrid donde estará en la sección ‘Internacional’ hasta junio del año 2000 cuando, aburrido de paredes y con ganas de seguir mirando, se embarca de nuevo a Colombia, esta vez con destino a la Universidad Autónoma de Bucaramanga, como responsable del Énfasis de Periodismo de la Facultad de Comunicación Social y como Director de Comunicaciones de la propia institución.
Los siguientes 3 años son frenéticos: pone en marcha dos publicaciones periódicas, la editorial de la Universidad, un festival de danza contemporánea en paisajes urbanos, gestiona el Centro de Producciones, da clases, participa en seminarios académicos, escribe para medios como Gatopardo o Cambio y cubre en exclusiva la tristemente recordada masacre de Bojayá (Chocó) junto al fotógrafo Jesús Abad Colorado.
Tras la experiencia en el Chocó, donde ya había realizado varios trabajos periodísticos previos, publica el libro Los Muertos No Hablan (Aguilar, 2002; Otramérica, 2012), un relato sobre la resistencia civil al conflicto armado en el Medio Atrato que contó con dos ediciones y cerca de 10.000 ejemplares vendidos.
En diciembre de 2003 abandona Colombia y se dirige a España, donde está un corto periodo de tiempo ejerciendo como director en la delegación de Catalunya de Reporter (una agencia de McCann-Erikson).
A finales de 2004 llega a Panamá donde, después de hacer algunas consultorías independientes para Naciones Unidas y para el Gobierno, se incorpora como asesor de Dirección del diario La Prensa (el principal del país). Después de dos años dentro de este periódico impulsando la formación de periodistas y el reordenamiento editorial, continúa como periodista y asesor independiente.
En 2007 comienza a colaborar como consultor con García Media Latinoamérica, con quien colabora en proyectos de rediseño editorial y gráfico en diarios de Venezuela (El Tiempo de Puerto La Cruz, El Informador de Barquisimeto, El Sol de Margarita…), Brasil (Diário do Amazonas y Diário do Pará) o Bolivia (Opinión de Cochabamba). Mientras, continúa escribiendo para diversos medios, mantiene una conocida columna de opinión en La Prensa de Panamá (El Malcontento, que no ha falatado ni una semana hasta octubre de 2016), y sigue haciendo asesorías puntuales para diversas agencias de la ONU.
En estos últimos años, se incorpora al equipo de voluntarios de la asociación de fines de lucro Human Rights Everywhere (HREV) con la que participa en procesos de protección y promoción de los Derechos Humanos en Colombia (Región Pacífico) y en Panamá. Su trabajo en la visibilización de las violaciones de derechos humanos a comunidades indígenas de Panamá, así como sus críticas al Gobierno de Panamá en La Prensa hacen que sectores oficiales comiencen una campaña de hostigamiento en 2010 que se traduce en un primer intento de expulsión del país en julio de ese año, y en la detención y expulsión definitiva en febrero de 2011 (Hecho denunciado internacionalmente por Reporteros Sin Fronteras o el Comité Internacional de Protección a Periodistas, entre otros).
En mayo de 2011 pone en marcha, junto a Pilar Chato, Carlos Reyes y Rodrigo Fino y con el apoyo del equipo de HREV Luxemburgo, el portal de información y análisis sobre América Latina y El Caribe OTRAMÉRICA.
En abril de 2013 fundó el espacio de cultura crítica La Vorágine en Santander (España) y forma parte del equipo de gestión del mismo y de la asociación cultural que lo impulsa. En los surcos de esa siembra, es fundador y coordinador del certamen de poesía crítica La Surada Poética.
Entre junio de 2016 y junio de 2017 hizo una pausa muy activa en Colombia -siempre de regreso a Colombia- para poner en marcha dos proyectos en el contexto de los acuerdos de paz entre el Gobierno de ese país y la guerrilla de las FARC. Por un lado, la Escuela de Comunicación Alternativa (ECA), centrada en la formación de comunicadoras y comunicadores populares; y, por el otro, Colombia Plural, un medio de información independiente.
En los últimos tres años ha publicado sendos libros. En 2014, Terca Resistencia (Amargord), un compendio de textos breves a caballo entre la prosa, la poética y el vómito que recorren algunas de las claves internas del autor. En 2015, Indios, negros y otros indeseables (Milrazones), un libro de ensayo y periodismo sobre la perversa relación entre capitalismo, racismo y exclusión en América Latina y El Caribe. Este libro ha visto ya ediciones revisadas y adaptadas en Colombia (2016, Editorial Ícono) y en Ecuador (Editorial Abya Yala, 2017). En 2016 publicó su último trabajo: La guerra no es un relámpago (Ícono), un relato periodístico coral de la situación de guerra y las expectativas de paz en Colombia partiendo de la región del Medio Atrato.
A mediados de 2016 entraba a imprenta el séptimo de sus libros: Diario de Cesiones (Amargord), otro acercamiento poético a la desgarradora realidad contra la que paco Gómez Nadal pelea con la pluma.